¿Qué es lo que hace a un lugar especial?
San Miguel es uno de esos lugares que tienen buena vibra. Esa sensación de contento y bienestar que aparece automáticamente y de manera colectiva al llegar a la ciudad y caminar por sus calles empedradas para llegar a la plaza principal a tomarse la foto con la Parroquia de fondo.
Como si los colores de las fachadas coloniales, los patios y recovecos de las construcciones fueran depositarios de un inconsciente colectivo, al estilo Jung, e hicieran una invitación permanente a conocer el alma de la ciudad a los visitantes nacionales y extranjeros.
Seguramente hay distintas razones para que un lugar tenga buena vibra. En el subsuelo de Cañada de la Virgen, sitio arqueológico de San Miguel, hay yacimientos importantes de minerales, especialmente cuarzo, que seguramente, impactan en la energía positiva de este lugar.
Mi hipótesis es, que parte del espíritu sanmiguelense, tiene que ver con el alma bohemia que ronda por aquí desde principios del siglo veinte. En aquellos años, la pequeña ciudad colonial abrió los brazos para recibir a una ola de artistas migrantes de temporada liderados por Pedro Vargas, oriundo de esta bella ciudad. La alegría de vivir, la búsqueda de placer a través del arte y la energía de algunos de los artistas mexicanos más significativos de aquellos años quedaron impresas en el ambiente.
Disfruto sentarme en el patio central de la Antigua Villa Santa Mónica y dejar volar a mi imaginación para visualizar las tertulias organizadas por su propietario, José Mojica, poeta, actor y altruista que terminó optando por la vida religiosa. Casi puedo ver al Indio Fernández y escuchar las voces de Pedro Vargas y María Grever entonando canciones compuestas por El Flaco de Oro, Agustín Lara; a María Félix y a Dolores del Río derrochando belleza y sofisticación. Imagino a Cantinflas, amenizando las tertulias con sus chistes y ocurrencias y a David Alfaro Siqueiros, que también rondaba por estos lares, dejando una hermosa herencia: “El mural inconcluso” en una de las bóvedas del centro cultural Ignacio Ramírez, El Nigromante, cuando todavía era un convento.
Hoy en día custodian este pasado bohemio artistas de distintas disciplinas: músicos, escritores, actores, bailarines, artistas plásticos, arquitectos y chefs que mantienen viva la huella de sus antecesores. San Miguel tiene el privilegio de disfrutar de una gran variedad de eventos y espectáculos artísticos y culturales. Hay de todo: conciertos de jazz, ópera, flamenco, y danza aérea; el festival internacional de escritores y literatura y el festival de tango; torneos de bridge y eventos culinarios. Todo el año hay presentaciones de artistas Sanmiguelenses como la soprano Morgana, y foráneos que han decidido venirse a vivir y a trabajar aquí como el canadiense Johny Favourite.
El Teatro Angela Peralta y el centro cultural El Nigromante son las dos sedes artísticas más importantes en la ciudad pero no las únicas. Hay múltiples teatros, restaurantes y hoteles que algunas noches se visten de recinto para distintos espectáculos. En esta ciudad cualquier día de la semana es bueno para una bohemiada musical.
El Tupinamba de Marcial Herce, matador de toros y charro, ofrece diferentes espectáculos: Martes Sabineros acompañados de las guitarras y voces de los gemelos Omar y Ulises Ayala; Música en vivo todos los días de la semana; sábados de flamenco con Sally Avigdor; y, para los amantes de los toros, las corridas de la Feria de San Isidro, y otras, en sus pantallas gigantes.
Guitarrista Federico que acompaña a varios vocalistas
Cent´anni Piano bar es la sede de varios artistas: Johny Favourite los miércoles, los jueves salsa con banda en vivo, los viernes veladas musicales de piano con Alex y Angie y, para los amantes el rock, Los Maveriks terminando la bohemia romántica. Los sábados, La Flaka, ataviada con los atuendos más originales, contagia buena vibra a través de su bella voz y su calidez. La acompaña Alex, EL pianista de San Miguel, que desde hace años se presenta en distintos lugares de la ciudad acompañando a distintos vocalistas. Para los ochenteros, al finalizar la bohemiada romántica, empieza el bailongo con el grupo Grava Suelta.
Johny Favourite
El Café Rama ofrece representaciones teatrales, hace unas semanas se presentó el artista de cabaret holandés, Frans Bloem.
La Sirena Gorda, que, por cierto, tiene los mejores tacos de chamorro y uno de los locales más bonitos y cotizado del centro de San Miguel, recibe en su patio central los martes a María, cantante legendaria de esta ciudad, y los viernes y sábados se presenta el trío Primer Nivel a partir de las 8 p.m.
El restaurant Paprika, tiene un patio con muchísima onda. Los miércoles acoge a Gabriel Hernández y su espectáculo de jazz, los viernes hay boleros y Bossa con Lixies y algunos días del mes blues con los Bou ji brothers. También hay días de micrófono abierto para los que se quieren echar su palomazo.
Para los que les gusta la música tradicional mexicana, además de los mariachis en la plaza principal, está La Coronela en contra esquina de la parroquia con su rokola que contiene cualquier cantidad de canciones para los románticos, los ardidos y los bailadores.
La 21única con sus puertas clásicas de cantina, tiene los mejores dichos mexicanos escritos sobre sus muros y nunca faltan mariachis y cantantes.
La antigua fábrica textil La Aurora ofrece exposiciones permanentes y temporales en sus distintas galerías. Se pueden encontrar obras de arte de pintores tanto incipientes como consolidados. No faltan eventos culinarios y catas de vino, tequila y mezcal.
La Casa de Europa presenta conciertos, obras de teatro y exposiciones, la última del austriaco Klimt.
Este clima bohemio de San Miguel se refuerza con las visitas esporádicas de personajes de talla internacional como Meryl Streep y el Negro González Iñarritu. Y por la presencia de artistas que han optado por vivir temporadas en esta ciudad como Pedro Friedeberg, Damián Alcázar o Laureano Brizuela.
La cantidad de opciones es vasta. Los lugares de reunión pululan. La combinación energética entre sofisticada y romántica del aire que se respira brinda un ambiente propicio para soñar y sentir la buena vibra que todos traemos dentro.